Una mano para Liam (con vídeo)
Cuando el estadounidense Ivan Owen visitó una feria de ciencia ficción local con sus flamantes manos robóticas no se podía imaginar que poco después Richard Van As contactaría con él desde sudáfrica para proponerle construir una ortopedia que sustituyera los dedos que había perdido en un accidente. Richard le contó que antes de llegar a él había mantenido conversaciones con un especialista en prótesis que le había presupuestado 10.000 dólares por cada dedo repuesto.
Y así fue como empezó un proceso de diseño en el que Ivan imprimía en 3D los prototipos de la mano mecánica que luego enviaba a través del atlántico para que Richard, tras probárselas, le comentara los nuevos ajustes que debían hacer. También decidieron documentarlo todo en un blog y compartir los planos en la web-repositorio de objetos 3D de habla inglesa Thingiverse.
Con todos estos envíos transoceánicos por medio Richard no veía cercano el día en que podría disfrutar de su nueva extremidad, así que finalmente ambos convinieron reunirse en el continente africano para hacer los últimos retoques al invento. Fue entonces cuando recibieron una petición que no podían rechazar: La madre de Liam, un niño con deformaciones congénitas que vivia cerca de Richard, les contaba el caso de su hijo y les instaba a fabricar una mano con la que el pequeño pudiera disfrutar del desarrollo normal de un chico de su edad.
Sin pensárselo dos veces, Ivan y Richard dedicaron todo su tiempo a fabricar una mano para Liam, un proyecto que -por poco- no consiguieron llevar a cabo en los tres días y medio que duró la visita, y con el que tendrían que continuar a distancia.
Afortunadamente para entonces la historia de Ivan, Richard, Liam y su madre se había difundido por la red y los responsables de Makerbot habían decidido apoyarles con 2 impresoras Replicator, una en EEUU y la otra en Sudáfrica, que facilitaron considerablemente que el proyecto llegara a su fin en un cortísimo plazo de tiempo, ya que desde ese momento Ivan enviaba los diseños por internet y Richard podía fabricar las piezas en el acto.
No os perdáis el vídeo que han preparado comentando todo el proceso:
A partir de ahora, al igual que Liam, muchas otras personas con este tipo de discapacidades y con pocos recursos económicos podrán beneficiarse del uso de estas prótesis por una fracción del precio que tenían tradicionalmente.
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Fotos: Etsy y Flickr.
Nada menos que la ortopedia en casa. Ofrece una cantidad ilimitada de aplicaciones.
Lo más interesante es que al usuario ortopédico se le presenta la oportunidad de diseñar y crear, según sus necesidades, el producto ortopédico a medida. Estas necesidades tan personales en muchas ocasiones es muy difícil de transmitir al técnico ortopédico y otras tantas veces no existe el producto o la variante deseada.
Por la parte económica si le unimos el bajo coste en comparación con el mercado ortopédico ¡es un avance extraordinario! El elevado coste de la mayoría de productos ortopédicos no es tanto por el coste de fabricación sino por una estrecha relación entre la oferta y la demanda. Teniendo en cuenta que a nivel mundial hay dos o tres grandes empresas ortopédicas que son las que invierten en investigación, crean nuevos productos y controlan la fabricación de componentes lo cual cada vez le deja menos margen de maniobra al técnico ortopédico. Un símil con esta situación es la de la industria automovilística, que no es comparable en tamaño, por supuesto, pero está relacionada de forma que desde hace no muchos años los fabricantes de vehículos han ido adaptando la industria para también controlar la reparación y el mantenimiento de sus vehículos, esto obliga a los talleres independientes de reparación a depender exclusivamente de las marcas.
¡Gracias por la publicación!